Este post y todos los que vengan sobre este tema, están hechos por mi excelente reportera audaz en el país de los duendes, las ollas de oro al final del arcoiris, los treboles de cuatro hojas y San Patricio, así es, la isla esmeralda, la hermosa Irlanda o Eire para los Irlandeses.
Mi querida amiga española María, después de haber pasado un año de lujo en Francia decide repetir la aventura pero ahora con unos europeos más agradables, (no ofense, I love you Frenchy friends).
Según mis cálculos esta a la mitad de su estadía, así que mientras esté allá ella nos irá contando sus aventuras por aquellos lares.
En esta ocasión mi amigui aquí estampada en esta foto tomada en la Gare du Nord en Paris (justo de la que salia Amelie), nos contará su osadía por llegar a cierto castillo y de como Tláloc (que no sabemos como llego a Irlanda) cambio el rumbo de su viaje.
En algún lugar de Irlanda en el mes de Enero:
María:
Bueno, pues aquí estoy de vuelta en la isla de la lluvia. Y yo que me quejaba el año pasado, no, si el caso es quejarse, pero ahora tengo motivos.
La primera semana fue un poco de readaptación ya que después de un periodo de vacaciones siempre cuesta volver a coger el ritmo. Lo malo es que caímos demasiado en la rutina. Los dos primeros fines de semana, y como chicas, teníamos que ir a la "city" a descubrir las rebajas, pero nada que ver. Era más una excusa para salir un poco de aquí. Hasta que ya nos pusimos de nuevo las pilas y empezamos a planear un fin de semana en condiciones.
Esta vez hacia el oeste. Destino: Killarney. Impresiones: auténtico carácter irlandés, ni grande ni pequeño, con encanto. Filas de casas de colores, casas en piedra, típica taberna irlandesa con sus cortinillas de media ventana, música tradicional en directo, paseos a caballo, un parque nacional con un río, lagos y un castillo para no perderse, bueno, y el que, tras hora y media de caminar, parándonos cada dos minutos a hacer fotos, no pudimos admirar dado que el camino estaba inundado. El caso es que vimos un cartel “castillo 1.2Km.”, seguimos andando, admirando el entorno. Otro cartel “castillo 700m.” y una señal “camino inundado”. Miramos y efectivamente la tierra estaba mojada, con ramas por el medio por haber estado inundada pero por primera vez desde que llegué en enero, y no exagero, no había llovido, lo que hacía que el fin de semana fuese perfecto. Seguimos andando y cuando quedaban tan solo 500m., solo veíamos agua a nuestro alrededor. La señal, efectivamente, estaba puesta por algo, pero había que intentarlo.
La primera semana fue un poco de readaptación ya que después de un periodo de vacaciones siempre cuesta volver a coger el ritmo. Lo malo es que caímos demasiado en la rutina. Los dos primeros fines de semana, y como chicas, teníamos que ir a la "city" a descubrir las rebajas, pero nada que ver. Era más una excusa para salir un poco de aquí. Hasta que ya nos pusimos de nuevo las pilas y empezamos a planear un fin de semana en condiciones.
Esta vez hacia el oeste. Destino: Killarney. Impresiones: auténtico carácter irlandés, ni grande ni pequeño, con encanto. Filas de casas de colores, casas en piedra, típica taberna irlandesa con sus cortinillas de media ventana, música tradicional en directo, paseos a caballo, un parque nacional con un río, lagos y un castillo para no perderse, bueno, y el que, tras hora y media de caminar, parándonos cada dos minutos a hacer fotos, no pudimos admirar dado que el camino estaba inundado. El caso es que vimos un cartel “castillo 1.2Km.”, seguimos andando, admirando el entorno. Otro cartel “castillo 700m.” y una señal “camino inundado”. Miramos y efectivamente la tierra estaba mojada, con ramas por el medio por haber estado inundada pero por primera vez desde que llegué en enero, y no exagero, no había llovido, lo que hacía que el fin de semana fuese perfecto. Seguimos andando y cuando quedaban tan solo 500m., solo veíamos agua a nuestro alrededor. La señal, efectivamente, estaba puesta por algo, pero había que intentarlo.
Pudimos salir de fiesta, y lo hicimos los dos días que estuvimos. Probé el café irlandés,
un poco fuerte para mi gusto, pero que mejor sitio para”catarlo” :p. En el mismo pub tocaba un grupo de música celta, que es una de las cosas que me encantan de aquí, caímos bien a los camareros los cuales nos regalaron unas entradas para una discoteca que cerraba más tarde. Aquí el cuento de la cenicienta caló mucho, jeje. Así que no íbamos a despreciar las entradas y fuimos al otro a bailar un poquito.
A cada paso que dábamos o cada actividad que hacíamos, nos preguntábamos por qué Bandon y no allí…
De todas formas con la excusa de que no pudimos ver el castillo de Ross, volveremos. Además de con las visitas. ¡Hay que enseñar lo bueno!
Y hasta aquí por hoy que si sigo decís que es muy largo o que no os da tiempo a contestar por el tiempo que tardáis en leerlo… excusas!!
En el próximo, que no tardará, os contaré las vacaciones del mid-term de febrero… ¡increíbles! Incluido el tiempo :D
Un besitooooooo
A cada paso que dábamos o cada actividad que hacíamos, nos preguntábamos por qué Bandon y no allí…
De todas formas con la excusa de que no pudimos ver el castillo de Ross, volveremos. Además de con las visitas. ¡Hay que enseñar lo bueno!
Y hasta aquí por hoy que si sigo decís que es muy largo o que no os da tiempo a contestar por el tiempo que tardáis en leerlo… excusas!!
En el próximo, que no tardará, os contaré las vacaciones del mid-term de febrero… ¡increíbles! Incluido el tiempo :D
Un besitooooooo
(El famoso café Irlandés, nada que ver con los de Starbucks o AMPM.)
2 comentarios:
se me antoja más el de starbucks jejejee
yeh Isrra te quedó nice tu bloggie, keep up the good work
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